TRATAMIENTOS, GUERRA CONTRA LA CELULITIS…

Por: Mick

LA UTILIZACIÓN DE MESOTERAPIA
Otra de las técnicas que pueden ayudar a reducir la celulitis es la Mesoterapia, sistema que consiste en inyectar compuestos químicos u homeopáticos que favorecen la circulación sanguínea y linfática al tiempo que ayudan a degradar los triglicéridos al disolver la grasa. Suele aplicarse en la zona de los glúteos, los muslos y el abdomen. No es excesivamente molesto ya que sólo se introduce la punta o cabezal de la aguja.

 Respecto al número de sesiones necesarias, depende del grado de celulitis y obesidad de la persona tratada, de la edad y de las características propias de su piel pero el mínimo son diez sesiones distribuidas semanalmente de dos en dos aunque en casos extremos es más efectivo realizar una sesión diaria. Eso sí, debe ser un profesional el que realice la intervención pues no hay que olvidar que nuestro cuerpo tiene gran cantidad de puntos nerviosos y motores además de vasos sanguíneos que no deben ser tocados con la aguja.

USANDO OZONOTERAPIA
Uno de los métodos más efectivos en el sentido mencionado es la Ozonoterapia o aplicación de ozono algo que se hace mediante pequeñas infiltraciones de este gas bajo la piel. Vienen a inyectarse entre 200 y 250 cm3 por sesión, cantidad que se reparte en pequeñas dosis en la zona a tratar. Y suelen bastar de 15 a 20 sesiones que se aplican una o dos veces por semana para notar la mejoría. Su aplicación no es dolorosa ya que la profundidad de la inyección es de apenas 3 milímetros. Una vez inyectado el ozono sólo hay que dar un ligero masaje para esparcirlo bien.


El ozono actúa oxigenando los tejidos y mejorando la microcirculación de los capilares gracias a su acción sobre la hemoglobina y los glóbulos rojos. Paralelamente, rompe el doble enlace de los ácidos grasos insaturados que son hidrófobos (enemigos del agua) y los convierte en hidrófilos (amigos del agua) con lo que al adquirir el carácter de solubles se facilita su eliminación. Asimismo, disminuye el nivel de ácido úrico. Y todo ello sin olvidar que el ozono tiene propiedades antiinflamatorias, bactericidas y analgésicas.

EFECTO TÉRMICO
Hay tres tipos de productos que se basan en el efecto térmico para combatir la celulitis.
En primer lugar, unas cremas y geles específicamente diseñadas para ello y elaboradas generalmente a base de extractos vegetales y principios activos que estimulan la circulación sanguínea. El tratamiento consta en realidad de dos geles o cremas diferentes, una que produce un efecto calorífico para ayudar a eliminar la grasa y líquido acumulado, y otra cuya acción es rebajar la temperatura local de la zona y favorecer la circulación sanguínea.


El segundo método es la aplicación de vendas frías sobre una sustancia hecha a base de esencias naturales con acción antiinflamatoria -entre las que destaca el mentol- y que inducen al cuerpo a generar calor. Vendas que, por cierto, no deben aplicarse en articulaciones y caderas.


Y el tercero es la hipertermia aplicada con el conocido aparato
Indiba. Es, sin duda alguna, uno de los tratamientos más eficaces para el tratamiento de la celulitis. Este aparato actúa a tres niveles: a nivel profundo actúa disolviendo -literalmente- la grasa acumulada; a nivel superficial produce una notable vasodilatación de los poros; y a nivel medio actúa conjugando ambas acciones. Obviamente, revasculariza toda la zona.

Cabe destacar además que mientras que con la aplicación de otras fuentes de calor la zona queda después flácida, con el Indiba se consigue reafirmarla. De ahí que este aparato se esté hoy utilizando también tras una liposucción para reafirmar la zona operada. Cabe agregar que tiene un constatable efecto antiinflamatorio y antiedematoso.
Es pues el más efectivo de los tres métodos mencionados.


ELECTROESTIMULACIÓN NEUROMUSCULAR
Otra forma de tratar -y, sobre todo, de prevenir- la celulitis son los aparatos de electroestimulación neuromuscular. Se trata de aparatos que hacen que determinados músculos del cuerpo se contraigan y expandan constante y regularmente mediante el envío de una serie de señales eléctricas que imitan así el trabajo que uno haría si ejecutara determinados ejercicios físicos. Sólo que lo hace de forma más regular, con igual -o mayor- eficacia y sin cansarse.


Son aparatos que imitan los impulsos que de forma natural envía el cerebro a los músculos lo que se consigue colocando un sistema de electrodos de bajo voltaje sobre los diferentes grupos musculares (glúteos, piernas, abdomen). La electroestimulación tonifica los músculos eliminando la flacidez mientras, paralelamente, se activa la circulación, disminuye la retención de líquidos y se reducen los depósitos grasos.

Fuente: http://www.dsalud.com/saludybelleza_numero50.htm

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